Si has probado las técnicas de cocción raku , oxidación y reducción , entonces quizás quieras probar el tipo de cocción menos conocido llamado Obvara. Su similitud con la cocción raku es que se saca la olla del horno cuando está caliente, pero la diferencia es que la olla se sumerge en una mezcla especial de Obvara y luego en agua. El resultado es que la olla sale con patrones maravillosos que a veces pueden parecer casi estampados de animales o madera. Este hermoso arte popular ha experimentado un resurgimiento en los últimos tiempos.
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¿Donde se originó?
La obvara (que se pronuncia ab-vara y a veces se la conoce como “raku báltico”) se originó en Europa del Este (principalmente Bielorrusia, Estonia y Letonia) alrededor del siglo XII. El maestro alfarero Daniil Pavelchuk, que trabaja en Minsk, ha descrito cómo recientemente “la cerámica obvara ha regresado a nosotros desde tiempos antiguos, trayendo a nuestros hogares los antiguos secretos de la salud y la longevidad”. La técnica se conoce como “cerámica endurecida” o “vasijas ennegrecidas” en Letonia, “cerámica de masa madre” o “cerámica de levadura” en Lituania y “cerámica escaldada” en Rusia.
Janice Chassier, que ha estudiado el tema en profundidad, ha escrito sobre cómo la técnica originalmente “pudo haber surgido por accidente cuando una olla caliente cayó en un balde de restos de cocina fermentados”.
El obvara tampoco es puramente decorativo; se dice que tiene connotaciones espirituales, ya que los alfareros y los habitantes de los pueblos creían que el patrón de ojos del obvara que aparecía “protegía la comida que contenían sus vasijas de los malos espíritus”. Las vasijas de obvara también absorben muy bien la humedad, por lo que se sabe que son excelentes para cocinar.
¿Cómo lo haces?
En realidad, la obvara es bastante fácil de elaborar por uno mismo y es una técnica muy interesante que puedes poner en práctica en tu trabajo. Los ingredientes son muy fáciles de conseguir y probablemente ya los tengas en la alacena de tu cocina. Necesitarás harina, azúcar, levadura y agua tibia.
Como el obvara funciona de la misma manera que el raku, se debe utilizar arcilla (con chamota) que pueda soportar el calor, ya que se cuece a una temperatura muy alta. Luego, la olla se coloca en una cocción de bizcocho y se calienta a unos 1650 F, luego se saca mientras aún está ardiendo, como con el raku. La diferencia es que luego la olla se coloca en la mezcla de obvara antes de sumergirla en agua. El agua enfría instantáneamente la olla.
La emoción es ver cómo se ve la olla una vez que se enfría, ya que los efectos pueden ser bastante mágicos y diferentes cada vez. Algunos de ellos pueden parecer como si hubieran sido desenterrados hace cientos de años. De la misma manera que con la cocción en terra sigillata o raku, no es necesario esmaltar la pieza después del primer proceso de cocción. También es una cocción sin humo, lo que es una gran ventaja. La parte más complicada de este proceso es el hecho de que tienes que sacar la olla del horno con un par de pinzas antes de transferirla a la mezcla de levadura y luego al agua; por lo tanto, tienes que tener mucho cuidado para asegurarte de no dejar caer la pieza.
Se sabe que Danill Pavelchuck sella sus piezas de arcilla de Obvara con cera de abejas para que sean menos porosas. También se ha informado de que algunos alfareros añaden un poco de leche a su mezcla de Obvara.
¿Puedes usarlo con otras técnicas?
La ceramista Marcia Selsor ha descubierto que el uso de la antigua técnica de terra sigillata sobre la pieza antes de someterla a la cocción en Obvara puede producir unos efectos de craquelado realmente interesantes en la superficie. De hecho, si la superficie se texturiza de algún modo, incluso con la tradicional decoración de crin de caballo, se pueden conseguir unos resultados realmente interesantes.