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Reúne tus suministros
Una bolsita perfumada es un detalle encantador para añadir a los cajones de tu tocador. Su sutil aroma no solo te da la bienvenida cada mañana mientras te vistes, sino que también le da un toque de fragancia a toda tu ropa. Si eres particular en cuanto a las fragancias que te gustan, es una buena idea hacer tus propias bolsitas en lugar de comprarlas. Si bien esta versión incluye lavanda, no tienes que usar lavanda; puedes combinar otras flores secas en su lugar o usar aceites esenciales y arroz.
Esto es lo que necesitarás:
- Tela
- Arroz
- Lavanda seca
- Tijeras
- Aguja
- Hilo
- Cinta
Cortado a la medida
Dependiendo de la cantidad de lavanda y arroz que tengas, querrás personalizar el tamaño de la tela en función de eso. O divide la pieza para que puedas hacer varias, una para cada cajón. Dobla la tela por la mitad y corta un cuadrado en el borde para que uno de los bordes sea un pliegue, ¡eso significa que solo tienes que coser dos lados en lugar de tres!
Coser los bordes
Comienza doblando la tela de manera que el patrón quede hacia adentro; el patrón debe quedar hacia adentro. Utilizando cualquier puntada que conozcas y creas que sería segura (tienes que mantener el arroz dentro), cose los dos lados abiertos de manera que solo haya una abertura en la parte superior. Asegúrate de que no haya espacios por donde pueda escaparse la lavanda o el arroz. Una vez que hayas terminado de coser, gira el lado del patrón de la bolsa hacia afuera y déjalo a un lado.
Haz tu relleno
En un bol pequeño, mezcla el arroz y la lavanda. Esta es la parte divertida, porque tendrás que meter los dedos en la mezcla para asegurarte de que has mezclado bien la lavanda con el arroz. También puedes controlar la potencia del aroma de lavanda. Haz lo que te guste y recuerda que el aroma se irá desvaneciendo con el tiempo. Quizá te preguntes por qué mezclas la lavanda con el arroz; el arroz ayuda a absorber la humedad y llenar una bolsita entera con lavanda sería más caro y un poco excesivo.
Llene la bolsa
Llena la bolsa de tela con la mezcla. Si no tienes ganas de verterla (el arroz se puede derramar fácilmente por todas partes), usa una cuchara y agrega el arroz hasta que sientas que está lo suficientemente llena. Ten cuidado, no quieres llenarla demasiado ni llenarla demasiado poco. Es una especie de acto de equilibrio perfecto. Aquí tienes la buena noticia: puedes reajustar la cantidad según sea necesario.
Atar la parte superior
Puede que esto sea polémico, pero no creemos que debas coser la parte superior de la bolsita para cerrarla. Puedes hacerlo si quieres, pero primero escúchanos. Si mantienes la parte superior de la bolsita abierta, puedes refrescar la mezcla que está dentro una vez que pierda su fragancia, sin tener que coser otra. Además, la cinta atada alrededor de la parte superior funciona para mantenerla cerrada y se ve muy bonita.
¡Disfrutar!
¡Ahora solo queda decidir en qué cajón guardaremos esta pequeña belleza! Algunos de nuestros lugares favoritos para guardar nuestras bolsitas son los cajones de los calcetines, los armarios de zapatos y las encimeras del baño.